Es conmovedor, crudo, seco, directo… Como la vida misma. Como las bombas que explotaron en la Maratón de Boston.
Así es el primer capítulo de “Efecto maratón”, un canto al optimismo y a la esperanza, pero que parte del miedo y la inseguridad. Ése es el punto de giro que provoca la energía suficiente para superar este obstáculo y todos cuantos se nos pongan por delante.
Nos situamos: 15 de abril de 2013. Una soleada mañana de un día festivo. Últimos metros de la maratón de Boston. De repente, dos sonidos harán que a partir de ese momento la vida ya no sea igual…