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Frankfurt Marathon


Álvaro nos cuenta su experiencia en estos espectaculares y muy rápidos 42195 metros en tierras teutonas.

Crónica, fotos y video.



Salimos el vienes 25.10.2013 con IBERIA, dos días antes de la gran cita, han sido casi 140 días de entrenamiento en pro de conseguir ser sub 3 horas. La idea es quedarnos hasta el jueves 31 para a su vez hacer algo de turismo por allí y disfrutar de aquellos parajes.

 

En el avión, mi mujer y mi hijo mayor Aitor que con 8 añitos va a hacer su debut internacional en la carrera de menores, el sábado, serán 500 metros y la meta es la misma que al día siguiente acogerá la llegada de la Maratón.

El viernes llegamos a las 11:30 de la mañana a Frankfurt y hace un día espectacular, en manga corta y con una temperatura muy agradable, nos encaminamos hacia el Hotel Victoria, que está situado en la KaiserStrasse, a 200 metros de la estación central de Frankfurt, a la que se llega directamente desde el aeropuerto en el S-bahn, concretamente líneas S8 o S9, por cierto si llegáis a la terminal 2 del aeropuerto de Frankfurt, tendréis que coger el “Skyline” dentro de la propia terminal, es un tren GRATUITO que sale de la 3º planta y os deja en la Terminal 1, a partir de ahí seguir las indicaciones para llegar hasta el tren, no hay que salir del aeropuerto, que os llevará a la estación central, como os decía, líneas S8 o S9, ambas sirven. Otra cosa, no hay tornos ni controles de ningún tipo, pero es bueno porque si da la casualidad de que os pide el billete el revisor, la broma os puede salir cara.

 

El Hotel Victoria, que como contaba está a escasos 250 metros de la estación es un punto estratégico fenomenal y no os pilla a mas de 900 metros de la salida/llegada, lo cual es un lujo.

En cuanto al barrio, tal vez os pueda parecer “raro” al principio, pero después veréis que no entraña peligro alguno y que lo que pasa es que es muy cosmopolita, habrá unos 300 metros hasta la sede del Banco Central Europeo y el centro histórico de la ciudad y tenéis la ribera del Main a “tiro de piedra”, no dejéis de hacer una tiradilla por allí porque merece la pena y vais a encontrar “runners” a patadas, hay un gran ambiente.

 

Sábado por la mañana, amanece un día espectacular,  desayuno y a la calle que a las 12 corren los peques y ya de paso cogemos el dorsal y nos gastamos algo en la expo del corredor. Todo perfectamente organizado, el “Festhalle” que alberga la llegada, hoy de los peques y mañana de los grandes, yo entre ellos, pone la piel de gallina, empiezo a imaginarme la llegada y me sube un cosquilleo por todo el cuerpo.

Salen los peques y me voy corriendo a la meta a ver la llegada de Aitor, está muy nervioso porque quiere llegar entre los primeros, espero y no le veo llegar, me extraña porque aun no siendo el chaval más veloz del mundo, sí que suele llegar en el grupo de cabeza, de repente le veo entrar por el medio del grupo y cuando pasa la meta se echa a llorar, resulta que de salida se han tropezado unos cuantos y se han caído, le digo que es un campeón y le intento hacer ver que estas cosas pasan y que si uno se cae lo que es mas importante es levantarse y llegar, da igual el puesto, así que es un campeón, creo que en principio no le convenzo pero no hay nada que un helado no consiga.

   

En la expo ASICS ha puesto un mural con el nombre de todos los inscritos, es la primera vez que lo veo y me parece impactante, es una ilusión de la leche ver tu nombre allí puesto, entre los “elegidos”, todo funciona genial, como os decía, todo está perfectamente organizado.

 

Paso por el “stand” de POLAR y veo que Sabrina Mockenhaupt (3ª este año en Boston), está firmando autógrafos y haciéndose fotos con el personal así que me pongo a la cola y foto con ella dedicada al 42195.es

Con el dorsal hay un ticket para un par de bebidas y la fiesta de la pasta, pero decidimos irnos a dar una vueltecita por Frankfurt y comer por ahí. Por la tarde rodamos 30’ Andreu, que ha venido desde Estambul, María que está trabajando en Frankfurt y se enfrenta a su primera Maratón y yo, por la ribera del Main y a partir de aquí ya está toda la suerte echada. Por la tarde noche cena ligerita y a esperar, no sé si mañana tendremos la suerte de pillar un día como el del viernes o el de hoy, pero de no ser así lo único que pido es que no haya viento. Ya en la cena, Angel, un tío acojonante de Madrid que trabaja y vive allí me dice que dan lluvia y es muy posible que viento para el domingo, le digo que si el viento en Frankfurt sopla fuerte y me comenta, espero que en plan coña,  que le llaman la ciudad del viento, me deja preocupado pero me olvido y al hotel a descansar, además es el cambio de hora y vamos a dormir una hora más. 

Domingo por la mañana, amanece un día totalmente despejado, temperatura más fresca pero sol, ideal para correr la maratón, desayunamos y recibo un mensaje de María que me dice que está vomitando, la digo que eso es por nervios y que se venga a buscarnos que cuando se sienta arropada y cerca de la salida, pasa, así lo hace pero cuando llega no la veo bien, no se lo digo pero me da mala espina. Andreu está nervioso pero yo estoy seguro de que se va a marcar una carrerón. Vamos todos hacia la salida, el ambiente es un espectáculo y nos despedimos, primero de la familia y después de María que se va a otro cajón, a nosotros nos han metido en el cajón ASICS que es el primero. Según estamos esperando vemos que la gente se vuelve y comenta, no entiendo que dicen pero me vuelvo y ¡¡¡¡no puede ser!!!! Se ven al fondo unos nubarrones negros a una velocidad de vértigo, no me importa la lluvia pero el viento… de repente cuenta atrás y ¡pum,  a correr!

Salgo sin mirar atrás ya pierdo a Andreu de salida y me centro en los de delante, creo que pasamos la alfombra 1’ después de la élite y con esa manía de la gente de meterse en los cajones que no les corresponden, salgo haciendo zigzag para pasar gente, me sitúo rápidamente con un grupo que parece ir a mi ritmo y para adelante. Pasamos el primer 5 K y según el crono voy un poco atrasado sobre lo que debo hacer así que decido acelerar un pelín para recuperar en el paso por el 10K, he recuperado pero también caigo en la cuenta de que no he descontado el minuto de retraso en la salida, así que igual voy demasiado rápido, me estabilizo y paso por el 15K casi clavado con lo marcado, el 20K genial y la Media en 1h28’, todo va saliendo según lo previsto, ha empezado a llover y nos quedamos algo fríos pero nada preocupante, paso por el 25K, me veo bien y el convencimiento de sacudir el árbol de las 3 horas, crece. En el km 27 aparece de repente una subida, de unos 200 metros pero que no estaba en mis planes, no obstante aflojo un poco y se supera sin mayor problema y justo antes del km 28 hacemos la curva que nos devuelve hacia Frankfurt, ahora por la margen izquierda el Main, paso por el km30 en 2h07’ y veo que está al alcance pero, de repente, una racha de viento me lanza hacia el vallado, no me lo puedo creer, cualquier cosa menos esto, no me deja avanzar literalmente y voy en el límite, se que esto pasa pronto o es el final del sueño, en el km33, desesperado, decido ponerme a andar hasta hacer un pequeño giro porque la lucha contra el viento me está consumiendo, hago el giro y vuelvo a correr pero es como si me sujetaran por la espalda y, de repente, al contrario, siento un empujón que me acelera pero eso tampoco es bueno, me está sacando las piernas de punto con esos frenazos y acelerones, los gemelos empiezan a protestar, nada importante pero se hacen sentir, en el Km 36 es un infierno, camino contra el viento y cuesta avanzar, otra vez lo mismo y me digo que en cuanto pueda hay que arrancar a correr nuevamente, me faltan 6 Km y me da la impresión de que voy a tardar 1 hora, no me desespero mas porque se que esto se me escapa, que no está a mi alcance controlar esta variable y que no pienso darme por derrotado, soy consciente de que las 3 horas se van pero voy a intentar hacerlo lo mejor posible a pesar de las circunstancias, llego al km 41 y oigo la voz de ángel animándome, le miro y le hago el doble gesto, pulgar hacia arriba porque allí estoy y pulgar hacia abajo porque se ha jodido el “sueño”. En el Km 41,5 están mi mujer y mi hijo y me gritan les miro sonrío y me doy cuenta de que a pesar de todo allí estoy, a 700 metros de entrar en el “Festhalle” y que me den mi medalla de finisher, no se que tiempo llevo, desde el Km33 no he querido volver a mirar y espero verlo en el marcador en meta. Doble curva y entrada al “Festhalle”, impresionante con la alfombra roja, las luces, la música, el nombre aparece en la pantalla y veo que marca 3h15’, así que como he de descontar el minuto de retraso, estaré en 3h14’, me santiguo, levanto el dedo en dirección a mi Padre, mi abuela y mi primilla que lo estarán viendo y entro, contrariamente a lo que muchos puedan pensar, con una sonrisa de oreja a oreja, creo que he aprendido mas que nunca en esta Maratón, se que lo he tenido y que no lo he podido conseguir por un factor que escapa a mi control, pero sobre todo sé que me gusta correr maratones, que es un lujo que nos cierren las ciudades para nosotros y que la Maratón, como dijo un amigo mío una vez, es la mas caprichosa de las amantes, esta vez me ha sido infiel, veremos en Barcelona en Marzo. 

Por cierto, Andreu hizo un carrerón, tal cual imaginé y se marcó un 3h18’ y María, la pobre al final resultó que era presa de un virus y no de nervios y en el km 12, no sécómo pudo aguantar tanto, y con una fiebre de la leche, tuvo que retirarse y dejar el debut para Barcelona donde, estoy seguro, se convertirá oficialmente en Maratoniana, aunque extraoficialmente y entre nosotros, ya os digo que lo es y está poseída por el espíritu de Filípides.

El resto de los días, turismo y compras por Frankfurt, soltar piernas por el Main y buen beber y comer, os recomiendo, Hochster para visitar, se va en metro y tardáis 10’ en llegar, es un barrio/pueblo que merece la pena visitar, el museo   Senckenberg Naturmuseum (parada de metro Bockemheimer Warte), la plaza Romer, si os quedáis en el hotel Victoria o en algún aledaño, caminando son 10’, comprar chocolates y aprovechar los dulces, las panaderías/cafeterías son de escándalo, comer en lugares típicos alemanes, eso si, no el día de antes de la carrera porque es una gastronomía basada en el cerdo y fuerte, comprar mostazas de todo tipo y condición en Schweizer Strasse, probar los pretzel, el vino de manzana, muy parecido a la sidra asturiana, el zumo de manzana, cervezas para aburrir, en fin, no dejéis de moveros por allí porque es una ciudad que, a pesar de su tamaño, es muy manejable y acogedora.

Para finalizar esta crónica un precioso video de la llegada de esta preciosa maratón:


Álvaro nos ofrece su ayuda por si alguno quiere ir a esta maratón a través del tema abierto por el mismo en 42195.es/foro y más concretamente con el nombre:

 

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