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G2H 2012

Ultratrail

Los corredores, verdaderos protagonistas de estas duras pruebas, agradeciendo la impresionante labor de la organización.



Higinio Losada. Luchador insaciable, amante del deporte y gran persona, nos ha emocionado y sorprendido en varias ocasiones con crónicas llenas de sentimiento.

Esta vez y arrastrado por 42195.es, y con todavía huellas claras de lo sufrido en una dura carrera por montaña de 100km como fue la Hiru Haundiak, consiguió vestirse el chaleco de finisher en esta si cabe aun mas dura prueba de montaña de 88 km por el goierri guipuzcoano.

 

Solo nos queda felicitarte Higinio por tu grandeza, y por saber sacar todo lo positivo de estas pruebas, y ver el lado humano, el compañerismo y ser totalmente agradecido con voluntarios y organizadores de estos eventos.

 

Poca gente es capaz de ver estas cosas  después de disfrutar y sufrir durante horas, y dejar en un segundo plano el esfuerzo personal.

 

Gracias Higinio.

 

Disfrutar con esta gran crónica

 

 LO HICIMOS! LO HICIMOS!

Esa frase es la que me dijo Alberto a 500 metros de meta en Beasain, recordando a Dora la Exploradora. Si no fuera porque llevaba puesto el modo “automático total” y solo pensaba en acabar ya, me hubiera reído con ganas.

En un momento, cruzábamos la línea de meta y ya podíamos recoger nuestro chaleco de finisher de una prueba que hace unos meses me parecía inalcanzable.

En esos minutos después de llegar, empezaba a recordar como empezaba todo esto, hacía un año, cuando Yosu me contaba como había conseguido terminarla, y me proponía que el objetivo del siguiente año sería estar yo también en Beasain y sentir lo mismo.

 

 

Hacia unas 18 horas estábamos Alberto, Juanjo, Pablo y yo degustando unas barritas energéticas de Artepan en una terraza de Beasain mientras veíamos con preocupación la tormenta que a lo lejos se estaba desatando en el Txindoki. Yo voy muy guapetón con una camiseta de compresión que me ha prestado Alberto, aunque me parece que enseguida me tendré que poner el cortaviento.

Antes de salir nos anuncian que por seguridad se corta la llegada y bajada a la cima del Txindoki. Fotitos de rigor, saludamos a gente, charlamos con un venezolano que se ha metido en esta aventura, y pum! Salida por el pueblo en medio de los ánimos de todo Beasain volcado con nosotros.

Me pego como una lapa al lado de Juanjo, Guti y la gente de Kirolak. Aguantaremos ahí mientras se pueda. Pasamos Zaldibia entre unos ánimos increíbles de la gente. La primera bajada hasta Larraitz ya está peligrosa y tengo la primera caída en el barro, y a medida que nos acercamos al Txindoki se pone peor.

Subiendo el Txindoki ya me quedo solo. La verdad es que voy muy bien, pero no quiero forzar, siempre con la idea de llegar freso a Etxegarate, y la niebla y la lluvia están agobiando bastante.

En la subida al Gambo me encuentro al venezolano vomitando, me quedo un momento con él hasta que decide bajar al control.

 

 El avituallamiento de Uarrain es una muestra de lo que es esta prueba. Era increíble que esos voluntarios estuvieran allí con la que estaba cayendo y encima dándonos ánimos.

Bajando hasta Lizarrusti mejora algo el tiempo y el camino, me junto a un grupito y puedo coger un buen ritmo.

La paradita se agradece mucho, cambio también las pilas al frontal, que me está haciendo una labor tremenda esta noche.

Las primeras rampas son bastante duras y cojo otro grupo con el que sigo tranquilo pero a un ritmo bueno, aunque con algún susto por el barro en las bajadas. Antes de bajar a Etxegarate ya empieza a amanecer aunque casi no se aprecia por la niebla. Me paro un momento a mear y descansar antes de la bajada, en la que me quedo rezagado por la cantidad de barro que hay.

 

  

 

Por fin Etxegarate.

Lo que tenia que haber sido una parada de renovación y puesta  punto completa se transforma en lo contrario porque hay mucha corriente y cojo frío. Me cambio como puedo pero salgo tiritando de la carpa. Además, no me cambio de zapatillas, aunque están mojadas, confiando en que me han ido bien hasta ahora y no quiero arriesgar.

 

Lo mejor, los ánimos del gran Zulle que está allí sacando fotos, y de Alberto que llega cuando yo voy a salir. La gente alucina con la que montamos.

 

 

 

Por suerte en un par de kilómetros entro en calor. De ahí hasta San Adrián son los mejores momentos, voy solo, pero el camino es bueno y puedo correr, bajar, subir a mi ritmo, y sin darme cuenta, empiezo a subir hacia el Aizkorri. Antes del Calvario allí esta Zulle, que casi sube conmigo hasta arriba! Me anima un montón. Menudo merito estar allí.

En la cima está también Jose Luis dándonos ánimos con la camiseta amarilla.

Subo muy bien, pero al empezar la bajada ya el cuerpo da señales de que a partir de esta distancia (60 km) esto no le gusta. Me duelen los tobillos y algo la rodilla, y los cuadriceps, aunque los mantengo a salvo de calambres, ya se están poniendo duros para las bajadas. Encima la humedad de los pies empieza a hacer efecto y me duele cada piedra.

 

 

 

Los kilómetros a partir de aquí, aunque la mayoría en bajada se me van haciendo más largos, hasta que después del control de Mutiloa (que parecía que no llegaba nunca) me coje Alberto.

Va como una rosa, pero decide quedarse conmigo y sacrificar casi media hora que podría hacer hecho de menos para empujarme hasta la meta, que gracias a él hacemos corriendo.

El muy capullo dice que así va soltando para el triatlón de Vitoria, y nos hacemos un 3.000 para la historia, entrando en Beasain entre ánimos de la gente y de la mano en meta en 17 horas y media.

El ultimo kilómetro saco fuerzas para recordar todo lo que me ha costado, especialmente este año, sacar tiempo y fuerza para entrenar, y en los dos “figuras” que el día anterior se habían quedado en casa diciendo que querían ir a correr con papi.

 

En una terraza de la plaza está Juanjo duchadito y tomando algo. Menudo crack. Pablo esta vez se lo tomaba con calma y estaba a esas horas por Andraitz según nos dice Juanjo.

 

El director de carrera me pregunta mientras estoy sentado si estoy bien y que tenga cuidado al levantarme. En ese momento no estaba para nada, pero luego me quede con ganas de darle la enhorabuena, por los voluntarios que te traían la bebida mientras estabas sentado, por el publico volcado en cada camino y pueblo y por toda esta organización volcada con el corredor. Una gozada.

 

Al paso de los minutos y las horas, uno ya va sacando varias conclusiones de la experiencia:

 

-          Una prueba tan larga es un sube y baja continuo, y no es un juego de palabras, me refiero a las emociones, pasas por momentos de euforia y momentos bajos, y también físicamente, piensas que no puedes dar un paso mas y de pronto te encuentras corriendo de nuevo recuperado.

-          Para las pruebas de montaña es necesario un reciclaje paulatino de los que venimos de las pruebas de ruta. En apenas unos meses y prueba tras prueba ves como donde antes te daban calambres pasados unos kilómetros ahora las piernas responden, y lo que antes eran bajadas imposibles, ahora se hacen sencillas a base de experiencia.

-          Y por ultimo, que lo que te hace bueno es rodearte de gente buena. De sus sueños, de sus experiencias y de su capacidad uno saca las ganas de superarse y mejorar.

 

Gracias Higinio y gracias a toda la organización de esta prueba.

Vivencias como estas son las que hacen grandes a las personas y por supuesto, hacen grandes estas pruebas ya grandes de por si.

 

No dejéis de ver las cerca de 400 fotos que podéis encontrar pinchando en cualquiera de las fotos anteriores, y los comentarios que se están haciendo en el foro de 42195.es

 

 

 

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