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Marato Barcelona


Carlos, integrante del gran grupo de Pamplona AVC (Amigos de la Vuelta al Castillo) nos narra su entreno en los 42195.es metros.

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"Salida un poco caótica, primero la élite, y el reloj que echa a andar, y los populares a la espera. Los cajones se han revuelto un poco, busco las liebres de las tres horas y están casi sin gente, delante de ellas habrá fácil 4000 personas, algo no cuadra, no encuentro a mis compañeros, la carrera ha empezado y miro para adelante y para atrás, como no les veo pienso que tendré que hacer la carrera a mi bola, y que había gente suficiente por todos lados como para no sentirme sólo. Tras unos primeros pasos como es habitual con precauciones, la anchísima calzada facilita el que no haya excesivos problemas para ir adelantado gente que se ha colocado en la salida donde no le correspondía, creo que algunos ni siquiera harán una hora más de lo que indica su posición en la salida

Tengo muy claro mi ritmo de salida, al menos hasta el km 7, pero como no hay liebre, me fiaré de mi reloj, iremos a 4.20 y luego a ver venir. Mis sensaciones y últimas carreras me han hecho ser optimista y más ambicioso al final, y si se da el día bueno podría estar en las tres horas.

En seguida veo delante a mi amigo Juan Luis y le grito, pero no me oye, no tengo intención de dar un tirón para pillarlo, si ha salido más rápido, es posible que nos veamos luego. Morales debe estar ya detrás de los negritos. El que sí me ha debido oír es Juanpa, que está 20 m por detrás, y me grita a mí, ¡molinillos!, no hay duda, me dice que Carlos hay muchos, pero molinillos ninguno, nos juntamos y en seguida veo que Gabriel va con él, y apenas unos metros por detrás Javier. Qué suerte, pienso, está muy bien correr con gente, pero correr con tus amigos y compañeros de entrenamientos de tantos días es la hostia. Además, sé que los tres están muy bien preparados, y sé que nos vendrá muy bien ir en compañía y compartir bromas mientras el oxígeno nos llegue a la cabeza. Le gritamos varias veces a Juan Luis de nuevo, y al final nos escucha, y hace una de las suyas, casi se para y nos espera. Los 5 magníficos paseando por las anchas avenidas de Barcelona, entre miles y miles de corredores con entusiasmo y buen humor, y rodeados de una animación que yo sólo podría comparar con algún tramo de La Behobia San Sebastián.

Al que más fuerte veo es a Gabriel, parece que va reteniéndose, Juan luís el aguador del grupo, haciendo su habitual goma, para adelante y para atrás, siempre sonriente, Juanpa dirigiendo el cotarro, diciendo que no se escapen pero él no se queda manco, va muy muy bien, Javier al principio un poquito más serio y más retrasado pero en seguida después de pasar el primer avituallamiento e indicarnos que hay que beber 200cc por botella, ni más ni menos, se acopla perfectamente a la grupeta. Yo, como me he aprendido el perfil del circuito, les voy avisando de las zonas de subida del 5 y del 7, hago caso a Javier y bebo en todos los avituallamientos, y sorprendentemente me entra bien. Llevo sudando como un perro desde el km uno y temo que la humedad al final me pueda golpear. Comento con Juanpa lo bien medidos que están los km, nos pitan a todos los relojes prácticamente a la vez, y con apenas distancia de los km señalados, perfecto...



Desde aquí todo para abajo les digo, y ponen un puntito más, y luego otro, y luego otro, es cuesta abajo, pero aún no es momento de ir por debajo de 4 el km pienso, así que les dejo marchar un poco, Javier mira de vez en cuando hacia atrás para mantenerme controlado, como antes hacía yo con él. Me junto entonces con un grupo de tres corredores del mismo equipo y otro grandullón como yo y mantengo a los AVC (Amigos Vuelta al Castillo) a la vista. Al paso por el 10 ya estoy en el ritmo exacto para hacer 3h, vamos bien, seguimos bajando y pasamos por la monumental, convertida en centro comercial...alucinante. Luego larga recta en Gran Vía, nos acercamos al hotel donde el día anterior nos habíamos acostado casi a la una por culpa de unos italianos muy simpáticos. Veo a la mujer de Gabriel que le anima, y hago un pequeño esfuerzo para enganchar a los 4 para que Itxaso nos vea a todos juntos. Juanpa ya me daba por perdido, así que bromeamos, les digo que había que cumplir, y que parece que estamos en un entrenamiento cualquiera con número delante. Juanpa tuerce el morro y me dice, sí pero más rápido, y yo le digo que no, que a él le salen los tiempos solos...así con el su bidón, ascendemos un tramo hasta el 15 y al bajar me escapo un poco, es un momento bonito, pasando al lado de la sagrada familia y sus eternos andamios, y encaramos un tramo que yo imaginaba pestoso por los comentarios leídos antes, pero no fue así, había siempre animación y avituallamientos repletos de voluntarios a ambos lados de la calzada

Encaramos la primera avenida donde te cruzas con corredores en sentido contrario, yo esperaba ver a los primeros...pero ya habían pasado...y nos sacaban 5km cuando nosotros no llevábamos aún 18!!!ahí en esa avenida que subía pero no parecía que subía cuando nos cruzamos con Fernando yo empezaba a tener pequeñas molestias en las piernas, primero fue sólo la derecha, una sensación rara que la recorría arriba y abajo, íbamos ya recuperando tiempo a las 3 horas, y quizá serían síntomas de esfuerzo, pero joder, era demasiado pronto. Pasamos la media maratón en 1.29 largo, todos seguidos, y nos cruzamos con Víctor y Arturo que iban por delante de la liebre de 3.15...jodido Arturo pensé, le choqué la mano, pero temí por su sufrimiento final, y no me equivoqué... Si repetíamos la segunda media, las tres horas las teníamos en el bolsillo, pero ya nos dijeron en Tudela, y todos sabíamos por experiencia que una maratón no son dos medias maratones, son tres, cuatro o a veces más.



Entonces llegó la segunda mala noticia de la carrera, íbamos rápido, claramente por debajo de 4.15 el km necesario para bajar de 3h, pillando uno tras otro corredores que empezaban a pagar el esfuerzo, enganchando un gran grupo, y después otro gran grupo de corredores locales que iban a bajar fácil de tres horas según sus comentarios e intenciones, pero los relojes empezaban a pitar antes de los km señalados en la carretera, al principio unos pocos metros, pero en meta fueron entre 400 y 500 m (o sea dos minutos, la única pega que yo pondría a la fantástica organización) para casi todos, algo que hizo que la mayoría de integrantes de todos esos grupos se quedaran con la miel en los labios

Calculando que no teníamos ya el colchón previsto decidí tomar mi tercer gel en el 28 y empezar a correr un poco más rápido, seguía con molestias en las piernas, pero era sólo el miedo a que me dijeran basta ya lo único que me preocupaba, iba muy muy bien de caja, de cabeza, de todo. Habíamos perdido a Juanpa y Javier, y Juan luís se quedaba en el grupo, así que sólo veía ya a Gabriel, por poco tiempo, porque a partir del 30 ya no miré más para atrás, solo adelantaba y adelantaba, y no podía evitar acordarme de mi primera maratón en San Sebastián, donde en ese mismo km estaba seguro de que no sería capaz de llegar a la meta. Los km iban cayendo a 4 min el km y como si nada, no iba más rápido por temor a que los músculos de las piernas se descolocaran de su sitio natural, pasaba corredores y les iba animando, ya estaba casi hecho, pero inevitablemente alguno se tenía que parar o bajar la velocidad de manera repentina...así es la maratón. Es entonces cuando llegué a pensar que sería una pena que los músculos me jugaran tan mala pasada a mí. Entonces empecé a echar cuentas del tiempo que haría, y de los tiempos de que varios de vosotros habías apostado y alguno ya habíais hecho, pero los km eran desgraciadamente, y no por ir jodido, más largos.

Subimos un tramo precioso pasando por debajo del arco de triunfo y se me saltaron algunas lágrimas, estaba haciendo un “carrerón” para mi nivel y mi cuerpo, la gente te aplaudía, sentía el apoyo de mucha gente que no estaba ahí, pensaba en mi familia que seguro estaba pendiente y orgullosa de mi...hicimos después un tramo de bajada hasta el mar otra vez, con un gel asqueroso de chocolate que cogí en un avituallamiento no me consolé, así que trago de agua y a terminar lo mejor posible, pero entonces las piernas ya empezaron a avisarme a cada paso, especialmente el isquiotibial derecho amenazaba claramente con reivindicar su protagonismo frente al izquierdo y a los gemelos. Cambié la manera de correr, estiraba la pata antes de cada pisada, levantando los dedos de los pies un poco, y funcionaba...más o menos. Le dije al único compi que había tenido en esos últimos 10 km recogiendo cadáveres que igual no llegaba, pero no me contestó, me temo que no le sobraba mucha fuerza, le repetí que si los isquios que si voy bien pero no puedo correr bien y nada, creo que no quería gastar lengua conmigo. Así afronté con más miedo que cansancio los últimos 2km olvidándome del reloj, viendo el arco rojo de la plaza de España y con cuidado en cada zancada de que no fuera la última, giramos ya a la derecha y no disfruté todo lo que me hubiera gustado en ese último tramo porque incluso aún a falta de menos de 200m había compañeros que se ponían a andar. Entonces vi a Fernando llegando a meta, y me quedé con las ganas de acercarme más, al menos al entrar en meta intenté ir a su lado a abrazarle y felicitarle, a pesar de su indiscutible mueca de insatisfacción. Jodido Fernando, dos maratones ha corrido y las dos por debajo de tres horas y no se queda contento...Antes de abrazarle, un metro después de meta, al parar ya no podía dar un paso sin estirar, otro paso y a parar y estirar, estaba muy contento, había igualado la marca de mi padre hace muuuchos años, pero principalmente, independientemente del tiempo conseguido, había cumplido el objetivo que me había puesto desde hace mucho tiempo, demasiado. Sin poder casi moverme me di la vuelta y en seguida llegó Gabriel, contento pero con mueca también de contradicción, que no he bajado de tres horas...que sí Gabriel, que seguro que sí, ¿no te has cogido tiempo? No...(aún no os entiendo a los que en carrera decís que no os habéis cogido tiempo, cientos de horas entrenando, mirando los u0, u1, los km recorridos, la velocidad media...y luego en la buena no sabes ni que has hecho el tiempo que querías), yo estaba seguro de que sí, pero me hizo dudar

Los de la organización nos despachan, pero les decimos que no, que viene un amigo, y aparece Javier, nos vuelven a despachar y les decimos lo mismo, y llega Juan Luis... y Juanpa, y nos abrazamos los 6. Estirando y arrastrándome cuando iba al guardarropa decidí darme un masaje para poder llegar luego al hotel, una maravilla de organización, 100 camillas y una atención exquisita a pesar de lo complejo que parece organizar semejante berenjenal, luego rápidamente al guardarropa y a por el móvil, para comprobar emocionado, lo pendiente que han estado muchos de la carrera, como incluso algún chalado nos seguía alfombra a alfombra por Internet, algún mensaje llegó a tocarme...gracias chicos. Conteniendo la emoción hablé con mi padre y mi hija, y me fundí en un abrazo con mi mujer...fin de una etapa y preparado para la siguiente."

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