Mezza Maratona Padua
Una media maratón y en Italia.
Esta iba a ser la carrera que Pedro y Bea habían elegido para ser la primera juntos. Bravissimaaa!
Así que sin pensarlo mucho hicimos las inscripciones, compramos los vuelos y nos embarcamos en... la carrera de nuestra vida.
Pero todo no podía ir tan rodado y después de la Vitoria Estibaliz una rodilla de Bea se quedó resentida por una tendinitis. La carrera la veíamos un poco complicada. Nuestra mezza iba a empezar en Lakua. En la camilla de Alberto Oses con sus cuidados y agujas.
(Nota: este es uno de los temas con más participación del Foro 42195 y que puedes ver en el enlace Servicio de masaje.)
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La maratona de Padua contaba con una organización excelente que nada más llegar a la ciudad se dejaba ver el las indicaciones de la calle, publicidad en los hoteles...
Una carrera llena de patrocinios y que desde el primer momento trata de maravilla a los corredores. Una mochila repleta de regalos, libro de fotos antiguas de los lugares por donde iba a pasar la carrera, atención impecable,...
El sol lucía en Padua y auguraba una carrera calurosa pero el domingo amaneció fresco y nublado. La organización dispuso autobuses para acudir al punto de partida, en Camposampiero, ciudad en la que falleció el santo de Padua, San Antonio en 1231. Corredores de todas las edades, que daban una idea del carácter tan popular de esta carrera, esperabamos la salida entretenidos con los que pasaban de la maratón, entre los que pudimos ver un valiente bien entrado en los sesenta haciendo los 42195 metros marcha atrás.
A pesar de la lluvia la animación fue constante tanto por la gente de los pueblos y barrios por los que cruzábamos, como por las bandas de música y cantantes que la organización había colocado para animar. Avituallamientos cada cuatro kilómetros más o menos, en los que el té frío con limón era la bebida que nos reponía, nos iban dando las fuerzas para seguir adelante con nuestra carrera en pareja.
También hay que decir que la debutante fue la que llevo a rastras y tiro a lo largo de varios kilómetros del que se le suponía mejor forma, que iba sufriendo bastante más.
Para nosotros, en cambio, era la señal de la alegría. Nos quedaban unos metros y unos minutos para disfrutar juntos.
Una llegada muy emocionante y que nos colgó en la cara una sonrisa enorme. Además la lluvia la habíamos dejado por el camino. Unas condiciones perfectas para ser muy felices.
Ahora a buscar nuevas carreras."