Mi primer triatlon
Santa Pola, 10 de junio de 2012.
II Triatlón Cross Villa de Santa Pola.
Crónica y fotos de Gaspar.
"Una crónica cortita, de mi primer triatlón diría así:
En un día caluroso y con una temperatura del agua del mar fabuloso ha transcurrido mi primer triatlón sin pena ni gloria. La cosa no ha sido tan dura como se preveía.
Los sectores de tierra en bici y corriendo no merecen comentario pues ha sido lo muy mascado en las duatlones.
En cuanto al sector de mar, que era el novedoso ha transcurrido bastante bien, pues de lo que se trataba era de salir vivo a la playa. Gran mayoría de los participantes me han adelantado por todas partes en un agua casi con nula visibilidad y una forma de nadar mía un poco precipitada y descontrolada a causa de tanta aglomeración de atletas.
Al final 27 minutos y 43 segundos que podían haber sido menos sino me hubiese desviado del circuito.
En una próxima ocasión, intentaré mejorar esa hora cuarenta y cinco que ha durado el circuito.
Eso sería lo cortito, pero como mi amigo me ha dicho que entre en detalles y me extienda, pues lo siguiente va dedicado a él y con lo dicho libero a mi conciencia de haber aburrido al posible lector.
El pasado verano de 2011 tenía 54 años. Le propuse a mi mujer enseñarnos a nadar y accedió gustosamente. Unas clases en piscina al mando de Alba y otras tantas en el mar al mando de Fran bastaron para lograr la sincronización adecuada para el placer de nadar.
Ya controlábamos la respiración pero con los 25 metros de boya a boya nos fatigábamos bastante. Llegó el invierno y aparcamos la natación.
Se abrió el plazo para las inscripciones de la II Triatlón Cross de Santa Pola que se celebraría el 10 de Junio y sin pensarlo mucho me inscribí. Ello sirvió para tener la suficiente motivación para entrenar y poder terminar.
Dos veces de entreno en una piscina de Elche, dos entrenos en las playas de Santa Pola en la segunda quincena de Abril, con unos 14 grados de temperatura del agua y sin neopreno y unas ocho veces en Mayo, ya con unos 19 grados, han bastado para tener la osadía de unirme a formar parte de los 1.190 inscritos.
Yo mismo estaba muy sorprendido, pues ya me recorría alrededor de 750 metros, sin parar y me quedaba con ganas de más.
Siempre había nadado con el respaldo de que si algo fallaba, podía hacer pie, pero un día en Gran Playa y otro en el mismo lugar donde se celebraría el sector del triatlón, fueron suficientes para tomar confianza con la profundidad.
El gusanillo de pensar que era la primera vez que me lanzaría al mar, ha hecho que el día 10 de Junio se hiciera de rogar, pero como siempre, todo llega.
Dicen que es bueno dormir bastante para tener un buen rendimiento, pero este no fue mi caso pues tanto el viernes como el sábado anteriores a la prueba, entre la fuerte música que imperaba en el Auditorio del Palmeral, muy próximo a casa, y la distracción de los pensamientos en la Triatlón, muy poco logré dormir.
El sábado antes, en mi cabeza sólo rondaba el deporte. A las siete y media de la mañana, ya estaba cerca de Boxes intentando prestar mi granito de ayuda a la Gran Organización que tiene el atletismo de Santa Pola. Y por la tarde, me lo pasé en grande, ayudando a pintar los dorsales a los participantes en el Castillo de santa Pola. No conté las veces que me agaché y me levanté para cuñar los números en los brazos y en las piernas.
El día clave llega y el despertador ni suena pues me adelanto a él. Desayunamos lo habitual, cogimos todo lo preparado junto con las bicis y nos dirigimos hacia Boxes. Son las 7:30 horas, nos marcan los dorsales y a las 8, somos los primeros en continuar la entrada de bicis que se había interrumpido la tarde anterior.
Es fantástico llegar con tiempo a las carreras. Se me pasa el tiempo volando. Todo son saludos, comentarios, risas y fotos. Esta vez he logrado hacer 250 con el móvil, entre sábado y domingo. Luego suelo pasar el enlace y con la amabilidad de la Organización se cuelgan en la web para que todos las puedan ver y bajarse las deseadas. Siempre se ha dicho que las palabras, se las suele llevar el viento y una foto seguro que es un bonito recuerdo con el paso del tiempo.
El reloj marca las nueve y media y ya toca dirigirnos hacia el punto de salida que está a 1 km, delante de la cafetería Peña Grande. Formamos un grupito de novatos, mi mujer Julia, mi amiga Mª Carmen Iñesta, Pascual Quesada y un servidor. Allí tomamos el cafetito de rigor que recomienda Martín Fiz y nos lanzamos al agua para tomar contacto. Qué casualidad, que a mi mujer, al intentar colocarse el gorro de plástico, se le convierte en dos y todo eso faltando tan sólo unos minutos para la salida. Imaginaros los nervios del comienzo unidos a la rotura del dichoso gorrito. Menos mal que la Organización, siempre tan eficiente, logra que dos minutos antes, se presente un compañero con un repuesto. Era más que nada por sujetar los largos pelos. Desde aquí nuestro agradecimiento.
La persona que está hablando continuamente por el micro anuncia que son las 10 en punto y da paso a que suene el pistoletazo de salida.
De cuatro grupos de salida, a mi me ha tocado en el primero. No por ser de la élite sino por la casualidad de estar federado.
Me he puesto a la cola de los 367 del grupo. No tengo prisa, no quiero recibir ni patadas y manotazos. Bastante tengo con terminar mi primer triatlón y menos aún perderle el respeto a Doña Naturaleza. Con el mar no se debe jugar con tan poca experiencia.
El día es caluroso, la temperatura del agua es ideal pero está durante todo el trayecto muy turbia, muy removida y en las afueras hay algo de oleaje, comparado con la primera edición que dicen que era como una balsa de aceite y muy cristalino.
Me lo tomo con calma y paciencia. Lo importante es salir a la playa.
Transcurridos los primeros 340 metros se me termina la tranquilidad de ir de los últimos del grupo. Me ha alcanzado el segundo grupo que era el de las chicas, que salieron 5 minutos después de mí. Nadan como peces. Más adelante, también veía gorritos amarillos que eran los del tercer grupo que salieron a las 10:15.
El caso es que iba superando las grandes boyas plantadas en el mar, el km se iba consumiendo y al mismo tiempo que nadaba iba pensando que cuando mejor tenía que haber nadado, peor lo estaba haciendo pues se había juntado la suciedad del agua, que te hace pensar que no avanzas pues no ves el fondo, los roces de los otros nadadores, el desvío en la penúltima boya que no la veía y me desplacé hacia la izquierda perdiendo unos dos minutos y la lógica precipitación de ser mi primera carrera en el mar.
Al final fueron 27:43 minutos los que invertí en este primer sector de la triatlón sin detenerme en ningún momento. Son muchos minutos comparando con el primero que seguro que ha hecho la mitad pero estoy contento de haber logrado algo inusual para mí.
Con las mismas, salgo del agua, apenas miro pero se que hay mucha gente animando, oigo los gritos de ánimo de Toñi y Antonio El Jamilet, y a petición de Javier Quesada, me detengo un segundo para que haga una foto, paso por las duchas que hay por el camino y me encamino hacia el largo recorrido por la moqueta azul hasta Boxes.
Más o menos por el centro estaba mi bici. Allí, junto a ella me siento, empiezo a colocarme los calcetines y en eso que levanto la vista y veo a mis amables vecinos de Guernica dándome ánimos, cosa que agradezco mucho. A continuación, continuo con los deportivos, los guantes, las gafas, el pañuelo, el casco y el dorsal de papel en la cintura, descuelgo la bici y mi dirijo hacia la línea de salida.
Gran parte de las mujeres que me habían adelantado nadando, ahora las voy dejando detrás, no por nada, sino porque se ha combinado así. Mi meta es terminar y mi ritmo es el que me marque el cuerpo.
Los seis o siete primeros kilómetros transcurren hacia arriba y los 11 siguientes es un simple paseo.
Durante este segundo sector, parece que he tenido suerte en cuanto a aglomeraciones pues he circulado bastante sólo. Lo gordo venía detrás.
Han transcurrido 50 minutos y 18 segundos arriba de la bici en los aproximadamente 19 km, la vuelvo a colgar en Boxes, me cambio de zapatillas y ya me dirijo a terminar el último tercio de la prueba que se trata de correr a pie 4.800 metros. Cosa que logro hacer a 4’35 en 20:38 minutos.
En total, incluyendo transiciones, 1:45:27, lo que supone el 688 de 974 entrados en meta y el 18 de mi categoría."
¡ENHORABUENA GASPAR!
Si Gaspar ha podido con su primer triatlón (después de entrenarse y prepararse para ello), tú también puedes conseguir retos cómo este.
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