Ruta de la Plata
Semana Santa y bici con alforjas.
Un viaje de más de 550 km. entre Salamanca y Sevilla.
Aunque el pronóstico meteorológico para los días de Semana Santa no era muy halagüeño, Miguel Ángel y Alfonso se armaron de confianza y pedalearon hacia el sur en busca del sol. El resultado, un bonito viaje de más de 550 kilómetros en 4 etapas, entre Salamanca y Sevilla.
La ruta de la plata se trata de un corredor natural que articulaba el occidente de la Península Ibérica, permitía comerciar al pueblo tartesio con el norte de la meseta en el siglo VII a. de C. Fue esta ruta la que utilizaron las tropas romanas para avanzar hacia el norte, tal es así que durante la época de los emperadores romanos, ya se configura como una calzada romana que en sus inicios unía Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga), y que continuaría hasta Sevilla por el sur, y hasta Gijón por el norte a través de La Vía Carisa.
Después de llegar el día anterior a Salamanca por tren y de encontrarnos con alguna que otra procesión, el día amanece lloviendo confirmando las predicciones. No obstante nos ponemos en ruta, armados con chubasqueros, un buen plato de Jamón de Guijuelo y ganas de pedalear. El paisaje se va tornando verdoso según vamos avanzando y van apareciendo los campos de encinas que nos acompañaran durante parte del recorrido.
Salimos de Carcaboso. Sigue haciendo frio y lluvia hasta que llegamos a Cáceres y después del correspondiente refrigerio aparece el sol que nos recarga. Ya sin chubasqueros la ruta se hace más placentera y podemos disfrutar del tono rojizo de la tierra de esta zona. Nuestra siguiente parada seria el pueblo de Alcuescar, donde somos acogidos por la gente local con los brazos abiertos.
Llegamos por la mañana a Mérida, acueducto, visita exprés al teatro romano y de nuevo en ruta atravesando el puente romano que atraviesa el Guadiana. Por la tarde, pinchazo y reparación a base de plato de Jamón en los Santos de Maimona. Desde aquí, un continuo sube y baja entre encinas y campos de cultivo, que se remata con la llegada a Monesterio. Llegamos fundidos tras más 140km de ruta, pero convencidos de que ya tenemos en la mano llegar a Sevilla.
Desde Monesterio hasta el Real de la Jara vamos por un camino impresionante entre olivos, campos de cultivo y hasta vemos algún que otro peregrino que hasta entonces no habíamos visto muchos. No sin alguna que otra subida llegamos a Almadén de la Plata, y menos mal que nos metimos un buen almuerzo por que nos esperaba la subida al Calvario, haciendo honor a su nombre.
En resumen, una ruta muy recomendable por tres factores: la gente, la comida y los paisajes, ¿que más se puede pedir?
Muchas gracias chicos por compartir crónica y fotos con 42195.es. Como siempre, podéis ver un completo álbum de la aventura pinchando AQUI o sobre cualquiera de las anteriores fotos.
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